Estoy buscando una palabra perdida tras las sombras
porque mi sangre
bajo mi piel
tiene un galope de múltiples naufragios.
Desechos cautivos
aún prisioneros
de aguijones de fiebres y de ortigas
hostigan los sueños:
paraísos sobrecargados de idealismos
y vergeles de entusiasmos
en ese ayer ceñido a la intemperie
que entretejia
las luces
las hogueras exultantes
el fuego del ser
la pasión desmesurada
la música de Dios escuchada en las hojas y su arrullo
en la lombriz
en la hormiga
en la mano que se extiende y se ofrece a la inocencia
hacedora de milagros
de caricias
y de encuentros.
Estoy buscando la palabra perdida tras las sombras
para que al fin
me envuelva con su brillo
de humanidad en desmesura.
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